El Ejido. Nuevos clientes para acosar...
Los cobradores de morosos viven un nuevo ’boom’ debido a la crisis
Sólo la empresa Almericobro realiza casi 300 servicios en El Ejido y reconocen que el Poniente es una de las zonas que le da más trabajo
Elegantes, pulcros Y temibles para los morosos. Los ’dandys’ del frac, el sombrero de copa y el maletín vuelven a convertirse en protagonistas del escaparate público. La crisis que desde hace meses sacude al sector inmobiliario, las deudas que acumulan los agricultores tras una campaña irregular, unida al alza de las hipotecas tras la subida imparable del euríbor, está arrastrando a toda una maraña de pequeñas y medianas empresas. Goloso horizonte de negocio para los especialistas en el cobro de deudas.
Las peculiares características económicas del municipio ejidense, y la comarca del Poniente en general, propician que la zona de mucho trabajo a los cobradores de morosos en los últimos tiempos. El problema es que hay deuda donde hay actividad económica. Cuando la construcción se viene abajo, también se van a pique las pequeñas empresas que hay alrededor del ladrillo. Deja de venderse mobiliario, ventanas, puertas, pinturas o incluso aires acondicionados. Nadie se salva de la ruina y de la imposibilidad de hacer frente a los pagos. Además, cuando la agricultura no da los rendimientos necesarios para cubrir gastos, son muchos los trabajadores del campo que se ven incapacitados para pagar la compra reciente de tierras o productos y semillas utilizadas durante la campaña, provocando una deuda en cascada que afecta muchas empresas.
El pasado verano, cuando los fantasmas de la crisis económica comenzaron a sembrar pavor, España registraba 2,5 millones de operaciones morosas, según la Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito (Asnef). Según los expertos, la contratación de estos servicios ha aumentado considerablemente en los últimos seis meses y se está produciendo un ’boom’ que nos acercamos a una situación similar a la crisis económica de 1992. En aquella época, el Cobrador del Frac -la multinacional que se declara el mayor grupo de sus características en Europa- vivió un periodo de gran popularidad en España. Algo parecido se repite ahora, más de tres lustros después.
Métodos clásicos
Con tal panorama, la figura del cobrador se presenta como un recurso desesperado para percibir la cantidad adeudada. La mayoría emplean los ya clásicos métodos de ’persecución’, como seguir al deudor hasta su casa, visitarle en momentos inoportunos o charlar con la gente de su entorno.
En esta línea, la empresa Almericobro cuenta con una buena base de servicios en El Ejido. Según su gerente, Antonio Cuevas Fernández, en el municipio gestionan casi 300 deudas, una cifra que aumenta bastante si se suman el resto de servicios que realizan en el Poniente. Según Cuevas Fernández, «la mayoría de los deudores pertenecen o bien al sector de la agricultura, o bien a la construcción».
Los agentes de Almericobro no utilizan frac, pero sí que llaman la atención por sus vestimentas amarillas, al igual que el coche en el que se desplazan. Según el gerente, en los dos últimos meses han notado un incremento considerable de la demanda de los servicios en la comarca del Poniente. Además, no sólo han constatado que existen más deudas, sino que también aumentan las cuantías. Así, Antonio Cuevas afirmó que no realizan trabajos con deudas inferiores a los 6.000 euros «y con esa cantidad hay muy pocas personas porque la gran mayoría oscila en cifras muy superiores que pueden rondar los 30.000 ó 40.000 euros». El mecanismo que utilizan «es eficaz», pero según Antonio Cuevas, «no hay amenazas, aunque está claro que tratamos por todos los medios cobrar la cuenta pendiente pero, más bien utilizamos métodos para agobiar al deudor». Aún así, esas técnicas ’de agobio’ suelen desencadenar en ocasiones en denuncias ante los tribunales. Para el gerente de Almericobro su trabajo «está muy mal mirado» pero insiste en que «lo que pretendemos es que la gente cobre lo que se les debe, porque en ocasiones hay padres de familia que se ven en situaciones muy complicadas por culpa de un moroso que directamente se niega a pagar».
De hecho, según los datos que maneja esta empresa especializada en el cobro de impagos, «en la mitad de los casos se trata de personas que se niegan a pagar pero sí tienen fondos suficientes, sin embargo, la ley les ampara y es muy fácil que en cuanto ven alguien de nuestra empresa denuncien por amenazas, sin que sea verdad», afirmó Antonio Cuevas. Aunque la situación actual de impagos en El Ejido no es alarmante, el panorama no es muy alentador y hay quien seguro piensa ya en el cobrador, cansado de que le cuelguen el teléfono cada vez que demanda un pago.
Las peculiares características económicas del municipio ejidense, y la comarca del Poniente en general, propician que la zona de mucho trabajo a los cobradores de morosos en los últimos tiempos. El problema es que hay deuda donde hay actividad económica. Cuando la construcción se viene abajo, también se van a pique las pequeñas empresas que hay alrededor del ladrillo. Deja de venderse mobiliario, ventanas, puertas, pinturas o incluso aires acondicionados. Nadie se salva de la ruina y de la imposibilidad de hacer frente a los pagos. Además, cuando la agricultura no da los rendimientos necesarios para cubrir gastos, son muchos los trabajadores del campo que se ven incapacitados para pagar la compra reciente de tierras o productos y semillas utilizadas durante la campaña, provocando una deuda en cascada que afecta muchas empresas.
El pasado verano, cuando los fantasmas de la crisis económica comenzaron a sembrar pavor, España registraba 2,5 millones de operaciones morosas, según la Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito (Asnef). Según los expertos, la contratación de estos servicios ha aumentado considerablemente en los últimos seis meses y se está produciendo un ’boom’ que nos acercamos a una situación similar a la crisis económica de 1992. En aquella época, el Cobrador del Frac -la multinacional que se declara el mayor grupo de sus características en Europa- vivió un periodo de gran popularidad en España. Algo parecido se repite ahora, más de tres lustros después.
Métodos clásicos
Con tal panorama, la figura del cobrador se presenta como un recurso desesperado para percibir la cantidad adeudada. La mayoría emplean los ya clásicos métodos de ’persecución’, como seguir al deudor hasta su casa, visitarle en momentos inoportunos o charlar con la gente de su entorno.
En esta línea, la empresa Almericobro cuenta con una buena base de servicios en El Ejido. Según su gerente, Antonio Cuevas Fernández, en el municipio gestionan casi 300 deudas, una cifra que aumenta bastante si se suman el resto de servicios que realizan en el Poniente. Según Cuevas Fernández, «la mayoría de los deudores pertenecen o bien al sector de la agricultura, o bien a la construcción».
Los agentes de Almericobro no utilizan frac, pero sí que llaman la atención por sus vestimentas amarillas, al igual que el coche en el que se desplazan. Según el gerente, en los dos últimos meses han notado un incremento considerable de la demanda de los servicios en la comarca del Poniente. Además, no sólo han constatado que existen más deudas, sino que también aumentan las cuantías. Así, Antonio Cuevas afirmó que no realizan trabajos con deudas inferiores a los 6.000 euros «y con esa cantidad hay muy pocas personas porque la gran mayoría oscila en cifras muy superiores que pueden rondar los 30.000 ó 40.000 euros». El mecanismo que utilizan «es eficaz», pero según Antonio Cuevas, «no hay amenazas, aunque está claro que tratamos por todos los medios cobrar la cuenta pendiente pero, más bien utilizamos métodos para agobiar al deudor». Aún así, esas técnicas ’de agobio’ suelen desencadenar en ocasiones en denuncias ante los tribunales. Para el gerente de Almericobro su trabajo «está muy mal mirado» pero insiste en que «lo que pretendemos es que la gente cobre lo que se les debe, porque en ocasiones hay padres de familia que se ven en situaciones muy complicadas por culpa de un moroso que directamente se niega a pagar».
De hecho, según los datos que maneja esta empresa especializada en el cobro de impagos, «en la mitad de los casos se trata de personas que se niegan a pagar pero sí tienen fondos suficientes, sin embargo, la ley les ampara y es muy fácil que en cuanto ven alguien de nuestra empresa denuncien por amenazas, sin que sea verdad», afirmó Antonio Cuevas. Aunque la situación actual de impagos en El Ejido no es alarmante, el panorama no es muy alentador y hay quien seguro piensa ya en el cobrador, cansado de que le cuelguen el teléfono cada vez que demanda un pago.
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